“Hasta hace unos años, Colombia no tenía excedentes para exportar”, explicó Jens Mesa Dishington, presidente de Fedepalma. “Hoy, el mercado nacional se queda con el 75 por ciento de la producción y los palmicultores exportan principalmente a Europa, México y Venezuela el 25 por ciento restante. El reto es buscar nuevos productos y mercados para el aceite de palma. Para ello, la industria oleoquímica es una buena alternativa”.

Desde 2007 en la Universidad de Pennsylvania empezaron las pruebas de irradiación del aceite de soya con microondas para elaborar bio-lubricantes industriales. A fines del año pasado el Peer Reviewed Journal y el Agricultural Research Service publicaron los resultados. La viscosidad y estabilidad oxidativa del aceite de soya se incrementa después de haber sido expuesto a radiación con calentamiento de microondas; mientras que, se reduce el punto de fluidez y el de lubricidad.

En un evento patrocinado por el Canola Council de Canadá en 2009, el Ministro de Agricultura de Canadá, Gerry Ritz señaló que cocinar con aceite de canola puede ayudar a los mexicanos a conservar la salud, y por ello, se debe propiciar el cultivo de esta planta en México.

El 75 por ciento de los productos terminados requiere de envase o embalaje; del cual, el 90 por ciento se utiliza para alimentos, bebidas y aceite, según datos proporcionados por la Asociación Nacional de Industriales y Distribuidores para la Industria Gráfica, A.C. (ANDIGRAF). En promedio, el envase para aceites representa del 5 al 9 por ciento del valor del producto.

Los insectos migratorios utilizan el viento para llegar a su destino, de acuerdo con los resultados del estudio publicado en la revista Science el pasado febrero de 2010. Los investigadores afirman que las mariposas y las polillas utilizan sofisticados métodos para encontrar las corrientes de viento que les llevarán en diferentes direcciones a miles de kilómetros de distancia.