Para los próximos veinte años, los avances en tecnología
agrícola serán cruciales para enfrentar cambios climáticos y
garantizar alimentos a una población que rebasará los 7,000
millones de habitantes, al tiempo que habrá que reducir
el hambre y promover el crecimiento y el desarrollo social
de una manera ecológicamente aceptable.
La mayor parte de los recursos destinados a la investigación
bajo los auspicios del CGIAR (dependiente del Banco
Mundial), como en el CIMMYT de México, están destinados
al estudio de la agricultura convencional. No obstante,
en fechas recientes el CGIAR destinará recursos para el
mejoramiento y adopción de la biotecnología agrícola para
la elaboración de mapas y análisis de las características
de más de 530,000 muestras de plantas silvestres y
cultivadas que albergan los bancos genéticos del CGIAR,
lo cual constituye el punto de inicio para el mejoramiento
de los cultivos.
De igual manera, el CGIAR destinará recursos para la
investigación de los beneficios y riesgos potenciales que
conlleva la biotecnología agrícola tanto a nivel ecológico
como social. Los Centros CGIAR de investigación ofrecen
asesoría a sus socios y sugieren alternativas para la
bioseguridad.
El CGIAR estima que con asistencia de una buena selección
de marcadores genéticos sea posible reducir los costos
y el tiempo que implica desarrollar nuevas variedades
de semillas; por ejemplo, de frijol resistente al virus dorado
que tantos daños y pérdidas causa en América Latina.
(Fuente: CGIAR, 2009).