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Las plantas sometidas a estrés producen más químicos de protección.

Por Matt Kaplan*
Ago 22, 2008, 12:22

Las plantas

sometidas a estrés producen más químicos de protección

 

La reacción a choques eléctricos no letales en las plantas produce campos de cultivo con mayor contenido de químicos porque desarrollan buena cantidad de sustancias químicas defensivas. Unos cuantos micro-amperes eléctricos pueden provocar que la planta incremente la síntesis de varios químicos. Estos compuestos a menudo tienen valor farmacológico y comercial, de tal manera que este recurso puede ser utilizado para ayudar a incrementar ciertos compuestos biológicos con valor agregado. Por ejemplo, el ‘ácido artemisínico’, procedente de la madera-dulce, se utiliza como medicamento para la malaria y el ‘shikonin’, procedente de algunas plantas tropicales se utiliza para aliviar infecciones de la piel.

 

Desde hace mucho tiempo, los investigadores han comprobado que cuando las plantas están sometidas al estrés se ven forzadas a producir acciones defensivas, a menudo con la producción de químicos de protección; por ejemplo, para protegerse del ataque de hongos o de insectos.

 

Desde hace algunos años, es una práctica muy común someter a ciertas condiciones de estrés a las plantas para incrementar la producción, y también es usual el uso de estrés físico, incluyendo pequeñas dosis de micro-organismos que normalmente atacan a las plantas, o irritantes que producen algunos compuestos metálicos como el cloruro de cobre. Estos recursos son muy eficaces, pero también son muy costosos. Muchos de estos estimulantes son tóxicos para las plantas y pueden provocar que la planta desarrolle tejidos que con el tiempo sean nocivos para la planta de tal manera que sea necesario ‘limpiar’ y eliminar ciertos químicos de la planta que no le permiten crecer apropiadamente.

 

En fechas recientes, investigadores de la Universidad de Arizona en Tucson encontraron que con la aplicación de corriente eléctrica en los filamentos de la raíz de la hierba venenosa Hyoscyamus muticus estimulaba la producción de la toxina ‘hyoscyamina’ que contiene esta hierba. Este encuentro le dio la idea a Hans Van Etten, investigador de la Universidad de Arizona en Tucson para que, junto con sus colegas, empezaran con la aplicación de corrientes eléctricas sub-letales en otras plantas, a fin de observar el potencial de la planta para elevar su producción de químicos.

 

Los investigadores expusieron ocho diferentes especies de plantas (desde árboles japoneses muy delicados hasta plantas con semilla muy resistentes, como las oleaginosas) a corrientes no mayores a los 30 micro-amperes. Siete de las plantas incrementaron la producción de químicos defensivos. El promedio BOOST de producción de químicos fue 20 veces mayor que lo normal, como lo reportaron en Biotechnology Progress. Una planta, cierto tipo de alfalfa, incrementó su rendimiento 168 veces. Estos valores son muy similares a todos aquellos que utilizan estimulantes químicos, con los que hasta la fecha no han encontrado efectos letales –justo efectos negativos para el crecimiento de la planta-. El tratamiento ha podido ser utilizado una y otra vez sin que se haya registrado la generación de material no-deseable.

 

Los compuestos útiles pueden ser fácilmente cosechados: simplemente se ponen dentro de una solución en el caso de plantas que se siembran con la técnica de la hidroponía. Van Etten señaló que “El hecho de utilizar electricidad es una técnica que podrá reportar beneficios muy grandes no sólo para la producción de químicos deseables, sino también para la eliminación de ciertos químicos que son tóxicos para la planta, el sistema ecológico o para el consumidor”.

 

*Fuente: Matt Kaplan. Nature News. 711. 2008.

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