Portal ANIAME

Eliminación de arancel a la importación de aceites Programa de Certificación de Calidad ANIAME Revista ANIAME Mensajes del presidente Reportajes Economía Tecnología Salud y nutrición Commodities Medio ambiente Seminario Notas de aceite Cultura Libros Crónica Entrevistas Mercados Datos Técnicos ACEITE DE PALMA Esquema del proceso de aceites comestibles Apéndice Calidad Biotecnología
Buscar
Búsqueda avanzada
El pronóstico del clima
 

Economía


Hacia una mayor producción de soya, canola y cártamo y una menor dependencia alimentaria del extranjero.

Por Susana Garduño Solana
Ago 20, 2008, 16:14

La industria aceitera mexicana ha intensificado las acciones en torno al Programa de fomento al cultivo de oleaginosas con el propósito de aprovechar la coyuntura mundial de precios, carestía, gran demanda y apoyo a productores mexicano.

 

Sembrar soya, canola y cártamo para continuar aumentando la superficie de estos cultivos con buen rendimiento, rentabilidad, competitividad y sustentabilidad en zonas del trópico, el noreste, valles centrales y noroeste de la República.

 

Del 3 al 5 de junio de este año, la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) llevó a cabo en Roma la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía. En un informe previo, expertos de todo el mundo indicaron que a nivel mundial, el índice general de precios de los alimentos se incrementó 57.1% entre marzo de 2007 y marzo de 2008. Por otro lado, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), los precios promedio de los cereales continuarán aumentando hasta 2010. Datos que para José Luis Calva, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM significa ni más ni menos “carestía”, a lo que en México se agrega el aumento de la dependencia de granos del extranjero; caída del poder adquisitivo de muchos sectores de la población, especialmente de las clases sociales urbanas, pero significa también una oportunidad para incrementar la producción agrícola en México, como es el caso de las actividades de promoción agrícola que viene desarrollando el Comité Nacional Sistema Producto Oleaginosas desde 2005, con apoyo de los industriales aceiteros para el cultivo de soya, canola y cártamo, comprando toda la producción nacional, manteniendo precios de referencia internacional, y con aportaciones económicas importantes a proyectos de investigación y desarrollo de nuevas variedades de oleaginosas por el INIFAP.

 

“Los gobiernos evitaron tomar decisiones difíciles y subestimaron la necesidad de invertir en la agricultura. Hoy estamos literalmente pagando el precio”

 

Ban Ki-moon
Secretario General de la ONU
3 Junio 2008

 

Tradición y modernidad de las oleaginosas

 

Otro de los puntos importantes del fomento al cultivo de las oleaginosas es recorrer una vez más la historia y reconocer que México es uno de los pocos lugares del mundo centro de origen de muchas plantas; entre ellas el maíz y varias oleaginosas que con el paso de siglos y de los años se ha formado una gran variedad de germoplasma de plantas útiles que ya están adaptadas a suelos, climas y tienen resistencia a ciertas plagas y enfermedades; recurso indispensable para continuar con el desarrollo de la investigación agrícola.

 

Es necesario entonces contar con esta tradición que en el campo de las oleaginosas es muy amplia y diversa. Recordemos que hace ya más de quinientos años, los antiguos mexicanos conocían y cultivaban plantas oleaginosas de semillas ricas en aceites (cacahuate, girasol, calabaza, algodón) y frutos ricos en aceite (aguacate, cacao). Semillas que molían en el metate para preparar una pasta muy nutritiva y luego mezclaban con otros ingredientes; por ejemplo, la masa de maíz para hacer tamales. Estos antecedentes históricos nos ponen en alerta y nos indican que en México existen condiciones agroecológicas y agricultores con experiencia para continuar sembrando este tipo de plantas y no dejarnos llevar tan sólo por los ‘commodities’, sino precisamente fusionar la tradición con la modernidad, la innovación y la oportunidad que nos brinda la coyuntura económica y social del momento, caracterizada por una crisis mundial de producción, consumo y precio de alimentos.

 

Estos y muchos otros argumentos son suficientes para fomentar el cultivo de oleaginosas en México; en especial, las que tienen buenas perspectivas de comercialización, bajo costo de producción, buena adaptación a suelos y climas y, por tanto altos rendimientos por hectárea; generalmente, cultivos bajo condiciones de temporal o con requerimientos mínimos de agua. Bajo este esquema es que los industriales aceiteros están fomentando el cultivo de –canola, cártamo y soya- tres oleaginosas con grandes probabilidades de tener buenos rendimientos con bajos costos de operación y condiciones favorables del mercado.

 

PROYECTO SOYA (Glycine max L.) – INIFAP

 

El MC Nicolás Maldonado Moreno, Director de Coordinación y Vinculación del INIFAP en Tamaulipas, Coordinador del Subproyecto soya, informó que es necesario atender la problemática, demandas tecnológicas, desarrollo de nuevas variedades y control de plagas en la soya que se siembra en diversas zonas del trópico y el noroeste. Maldonado describió las prioridades a resolver durante los próximos meses con respecto al fomento de este cultivo en nuestro país:

 

Variedades de soya para el trópico y noreste: Se dará prioridad a la generación de variedades de soya de alta productividad, baja sensibilidad al fotoperíodo corto, resistente a enfermedades, tolerantes a sequía y mejoramiento del contenido de aceite y proteína, mediante hibridación y cruzamiento para recombinar materiales genéticos.

 

Maldonado señaló que actualmente se tienen 357 líneas en proceso de evaluación y selección en diferentes ambientes agroecológicos y que en seis regiones del trópico se han identificado y seleccionado seis líneas genéticas promisorias, con un rendimiento promedio superior a la variedad testigo, y se ha iniciado el proceso de validación interna de nuevas líneas.

 

Control de plagas y enfermedades.- Maldonado señaló que en la actualidad se trabaja intensamente en el desarrollo de un paquete para prevención de la roya asiática (Phakopsora pachyrhizil), nueva enfermedad que está amenazando seriamente este cultivo en nuestro país, especialmente bajo condiciones de temperatura y humedad relativa óptimas para que se manifieste la enfermedad (octubre – noviembre), para lo cual se recomienda fundamentalmente, nivelar o emparejar el terreno para evitar encharcamientos, utilizar surcos de 76 a 80cm de separación, establecer alrededor de 200 mil plantas/ha y, sembrar entre el 15 de junio y 20 de julio.

 

Como resultado del monitoreo de plantas hospederas potenciales de la roya asiática en el trópico húmedo se han identificado 17 especies de plantas que es necesario considerar en el manejo integrado de esta enfermedad. Para el control químico de la roya asiática se han realizado evaluaciones con funguicidas preventivos y curativos, y se trabaja en el desarrollo genético de variedades resistentes a la roya asiática.

 

Difusión y transferencia de tecnología.- Para promover y transferir tecnología se realizan constantemente eventos de capacitación y difusión dirigidos a productores, agentes de cambio y autoridades del sector en coordinación con el Comité Sistema Producto Oleaginosas; por ejemplo, pláticas y cursos teórico-prácticos sobre tecnología a fin de aumentar la productividad y disminuir riesgos en la producción de soya.

 

PROYECTO CANOLA (Brassica napus L.) - INIFAP

 

El MC Nemecio Castillo Torres, Líder Nacional de Canola del INIFAP, informó que este cultivo, que inició en Canadá en 1978, tiene una demanda muy alta “basada en la producción de aceite de excelente calidad para consumo humano y pasta que se utiliza como suplemento proteico en la fabricación de alimentos balanceados”.

La canola es un cultivo muy nuevo, pero con grandes perspectivas de éxito en nuestro país, que además puede combinarse con la producción de miel de abeja en extensas regiones agrícolas del centro, norte y occidente del país.

 

Entre 1997 y 1998 iniciaron los trabajos de investigación, validación y transferencia de tecnología del cultivo de canola en México, con el objeto de generar y transferir tecnología de producción a los productores, como una alternativa de cultivo rentable. A partir de 2001 estos trabajos se enmarcaron en el Proyecto Nacional de Canola, financiado por la Industria Aceitera Nacional, con el objetivo de generar tecnología para producir este cultivo en diferentes regiones del país. Como resultado de los estudios realizados en los últimos años sobre adaptación de variedades, las más sobresalientes han sido Hyola 401, Hyola 61 y SP Armada.

 

Los productores de canola pronto contarán con dos líneas de semillas de mayor rendimiento y mejores características agronómicas que Hyola 401, las que se planea  iberar para el ciclo O-1/2008-2009 como las primeras variedades mexicanas de canola.

 

Mejoramiento genético.- Los principales factores que han limitado la expansión del cultivo de canola en México han sido, la baja disponibilidad de semilla de variedades extranjeras y la falta de variedades de canola mexicanas, por lo que el programa de mejoramiento genético, que inició en 2005, tiene por objetivo el desarrollo de variedades mexicanas adaptadas a las condiciones agroecológicas del país, con alto rendimiento, estabilidad y con la calidad que demanda la industria aceitera nacional.

 

PROYECTO CÁRTAMO (Carthamus tinctorius L.) – INIFAP

 

El MC Lope Montoya, Líder Nacional de Cártamo – INIFAP informó que los objetivos centrales de este programa a corto plazo son: generar variedades con alto rendimiento, calidad industrial, alta tolerancia al complejo de enfermedades, así como la tecnología de producción del cultivo.

 

Generación de variedades.- Desde 2001 se trabaja en el desarrollo de variedades altamente tolerantes a enfermedades. En la actualidad se cuenta con cuatro líneas de tipo linoleico para riego, altamente tolerantes al complejo enfermedades, con 39 a 41% de aceite y con más de 75% de ácido linoleico.

 

Las líneas linoleicas de temporal se están sembrando en parcelas de productores para validar su comportamiento, rendimiento, estabilidad y tolerancia a enfermedades en varios estados de la República; sobre todo, en el noroeste. También se cuenta con una línea de tipo oleico que es de las que tienen mayor prioridad para la industria aceitera, con 34% de aceite y 75% de ácido oleico, medianamente tolerante a enfermedades. Estas líneas ya se están incrementando para ponerlas a disposición de los productores en el ciclo 2008 - 2009 como nuevas variedades.

 

Control de enfermedades.- La ‘alternaria’ y la ‘falsa cenicilla’ son enfermedades del cártamo que atacan a todas las variedades de esta planta, bajo cualquier fecha de siembra, densidad, método o calendario de riego y en condiciones de temporal, que pueden afectar hasta en un 90% de la producción.

 

En tanto se obtienen variedades resistentes, el proyecto cártamo tiene a prueba en diferentes regiones del país, y con buenos resultados, el paquete tecnológico de prevención y control de estas enfermedades, que consiste en el manejo de fechas de siembra, bajas densidades y métodos de siembra, y en el uso de funguicidas preventivos y curativos.

 

Control de maleza.- Montoya señaló que otro de los problemas que afecta en gran medida la producción y calidad del cártamo en México es el complejo de maleza de ‘hoja ancha’ para el cual, todavía no existen herbicidas identificados y recomendados para su control; aunque ya están en prueba diferentes dosis de herbicida SI TUI uno de los que causan menos daños en la planta.

 

Conclusión

 

Las oleaginosas más importantes para la producción de aceite, pastas proteínicas y otros sub-productos, como la miel asociada con el cultivo de la canola son una gran oportunidad para el desarrollo de la agricultura en México, por lo que es necesario seguir fomentando la producción a nivel comercial, la investigación para la obtención de nuevas variedades, control de plagas y enfermedades, así como la transferencia de tecnología hacia los agricultores.

 

El fomento al cultivo de las oleaginosas es un plan maestro con muchas vertientes que inician en el campo y terminan en la mesa del consumidor, lo que implica dar un paso importante hacia la estabilización de precios y mayor disponibilidad de alimentos básicos en nuestro país, como son los aceites y las pastas proteínicas.

Enviar por e-mailVersión para imprimir