Mensajes del presidente
Vivir mejor garantizando el suministro de alimentos.
Por Lic. Enrique García GámezNov 7, 2008, 14:39
Cinco son los objetivos del programa Vivir mejor del Presidente Felipe Calderón. El primero consiste en promover el acceso a una alimentación que reúna los requisitos mínimos nutricionales; un asunto indiscutible de igualdad y justicia, pero que nos lleva a formular las siguientes preguntas: ¿Cómo garantizar el suministro de alimentos? ¿Con mayores compras al extranjero?
Es evidente que sería impensable que el gobierno o los organismos internacionales contarán con todas las estrategias para paliar los efectos del problema alimenticio mundial; aunque lo que sí es factible, es trabajar en México a nivel local y regional fomentando la agricultura como principal motor de la economía, y fundamento para la subsistencia y la manutención de la población. Actividad vital para el desarrollo rural, la producción de alimentos y el aprovisionamiento de materias primas no-alimenticias.
Garantizar alimentos para los más necesitados y para todos los mexicanos puede ser una utopía -muy posible-, si desde ahora se crean zonas de alianzas de organización para la producción agrícola, con acuerdos para fortalecer el mercado interno y estrategias de cohesión social. Todo ello es posible y los cambios en las técnicas agrícolas pueden también ser compatibles con la preservación de la biosfera.
La clave está en elegir bien los cultivos y sustituir los que ya han dejado de ser rentables por otros más versátiles como son los granos y las semillas oleaginosas muy apropiados para muchas regiones agrícolas en México, inclusive con problemas de degradación de suelos y escasez de agua. Asegurar alimentos para una población en constante crecimiento requiere límites al uso de maquinaria, agua y fertilizantes. Ecosistemas agrícolas, estudio realizado y publicado por World Business Council for Sustainable Development (Suiza), enumera y define algunos de estos cambios; por ejemplo, mejorar la agricultura de temporal, fomento a la agricultura de conservación, riego mínimo, siembra de cultivos que soporten la sequía y las heladas, estudio de suelos y prácticas de conservación que detengan la erosión; todo ello y más, con el objeto de aumentar la productividad por hectárea. Prácticas que, hace unos años, hubieran estado más allá de toda lógica y razón, pero que para agricultores tradicionales pueden ser una ventaja porque básicamente ya las conocen. Con mayor profundidad en la investigación científica y en la organización social estas prácticas son muy eficientes, no requieren cuantiosas inversiones y pueden llevarse a cabo, incluso en terrenos muy accidentados. En México, país agrícola por tradición, hasta hace unos cuantos años, muchas de estas prácticas agrícolas eran bien conocidas, por lo que indudablemente serán bien aceptadas; aunque, hoy en día, en definitiva, requieren mayores incentivos y garantías para la producción y comercialización a precios competitivos.
Junto con los acuerdos de libre comercio, es imprescindible la puesta en marcha de instrumentos de desarrollo a largo plazo, que faciliten al gobierno la instalación de programas sociales que estén enlazados con otros de mayor alcance. El reto es asombroso y los obstáculos todavía son grandes. Pero con la creación de zonas agrícolas y cultivos apropiados, como pueden ser las oleaginosas, facilitará al gobierno a reforzar educación, salud, vivienda e infraestructura básica de este primer punto de Vivir mejor.